El 2 de abril de 1828, a causa
del movimiento iniciado por General José
Antonio Páez y otros que igualmente buscaban la
revisión de la Constitución de la Gran Colombia, se realizó lo que se conoce
como la Convención de Ocaña con el
objetivo de elegir el congreso constituyente que modificaría la Constitución
de Cúcuta. Los
asistentes a dicha convención fueron diputados de los Departamentos de
Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, estos a su vez se conformaron en dos
bandos, los Centralistas encabezados por Simón
Bolívar y los Federalistas liderado por Francisco
de Paula Santander del lado Colombiano y José
Antonio Páez del lado
Venezolano, teniendo más adeptos este último grupo.
Bolívar con su ferviente deseo de ver una Gran Colombia unida frente a las agresiones internas
y externas, decide hacer imponer su voluntad, estableciendo así una dictadura
como último recurso. En agosto de 1828 presenta
una nueva Constitución con una marcada tilde centralista y por vez primera un
sistema presidencial vitalicio en la que este podía tener la facultad de
nombrar su sucesor. Esta fue la chispa final que encendió los ánimos de quienes
buscaban la secesión, viendo esa propuesta como un regreso al sistema
monárquico del que se habían librado en la Guerra de Independencia contra
España; surgen por ello múltiples intentos de asesinar al Libertador.
El 27 de diciembre de 1829 una asamblea reunida en el Convento de San Francisco en
Caracas desconoció la autoridad de Bolívar y del Gobierno Colombiano,
entregando el poder a Páez quien en un oficio así lo deja saber a Bolívar, el
cual fue leído en una convención constitucional reunida en Bogotá para enero de 1830 donde lo insta a aceptar la separación de Venezuela.
Dicha convención llamado Congreso
Admirable fue convocada por el mismo Libertador con la intención de conciliar las
facciones que se habían creado en la República y así evitar la disolución de la
Gran Colombia, por lo que al recibir las noticias de Venezuela, solicitó
poderes dictatoriales al Congreso para entrevistarse con Páez en Mérida
(Venezuela) y remediar la crisis, pero tal permiso le fue denegado,
por lo cual Simón
Bolívar finalmente renuncia a su posición en ese mismo mes de enero de 1830.
Páez entonces decide formar un Gobierno Provisional al constituirse en Jefe de la
Administración y expide un decreto donde convoca a la elección de diputados
para un Congreso Constituyente que se reuniría en la ciudad de Valencia el 6 de mayo de 1830, el cual
culminó con la creación de la República de Venezuela y el establecimiento de
Valencia como capital provisional.
La Constitución que debía regir la nueva República de
Venezuela fue sancionada el 22 de septiembre de 1830, entrando
en vigencia ese mismo mes.
El 24 de marzo de 1831 se practicó el escrutinio legal para elegir al Presidente
de la República, resultando electo para el primer período constitucional de
cuatro años como Presidente de la República, el General José Antonio Páez
Herrera, quien obtuvo 136 votos (86,07%) de los 158 electores que sufragaron.
Al día siguiente, se practicó la votación para elegir al primer Vicepresidente
de la República, y como ninguno de los candidatos obtuvo mayoría legal, fue
perfeccionada la elección y resultó designado por dos años, el Licenciado Diego
Bautista Urbaneja.
El 11 de abril de 1831, el
general José
Antonio Páez prestó juramento legal como Presidente
Constitucional de Venezuela; un fragmento de su discurso ese día al tomar
posesión del cargo:
La verdad es que se abre entonces uno de los
mejores periodos de nuestra historia, y precisamente en lo referente a la
organización política y moral de la República. Prudencia, firmeza, probidad,
sagaz apreciación de la imposibilidad de separarse por entonces del jefe
militar, pero a la vez valeroso propósito de vigilarlo y reducirlo; entusiasmo
laborioso y consecuente para trabajar por una administración pública eficaz y
equilibrar la libertad y el orden, tales fueron las virtudes de aquella
generación, que logró convertir en un movimiento patriótico y legalista la
desmembración de Colombia, iniciado bajo tan funestos auspicios.
El presidente Páez gobernó con una paz relativa durante
su período, estando integrado su gobierno en su mayoría por militares de alto
rango veteranos de la Guerra de Independencia, logrando en su gestión una leve
recuperación de la economía devastada por la guerra, principalmente por la
promulgación de la Ley de
Libertad de Contratos de 1834 y las exportaciones de Café. Sin duda alguna, bajo su dirección se
constituyó la República (naciendo bajo el mando del Partido Conservador.
Sin embargo hubo que hacer frente a varias revoluciones,
como la encabezada en Barcelona y Cumaná por el general José
Tadeo Monagas, la
Revolución Pro-Monárquica de José Dionisio Cisneros y Pro-Colombianista de
Cayetano Gabante ambas en el Guárico durante 1834. Junto a
esto hizo frente a serias dificultades de orden religioso, con el Arzobispo de
Caracas, Doctor Ramón Ignacio Méndez, y político, auspiciadas por militares descontentos por no intervenir
directamente en la administración pública, otros por grupos civiles y miembros
de la comunidad universitaria que apoyaban la candidatura civilista del médico José
María Vargas a pesar de la renuencia de éste a
aceptar su postulación.
Finalmente en 1835 José Antonio Páez delegó el poder en manos de José
María Vargas, el
primer civil en dirigir el país.